En Grupo Educativo creemos que los cambios sostenibles en educación nacen del trabajo colaborativo y del compromiso de quienes se atreven a mirar más allá de lo inmediato. Ese ha sido el camino de Allison Leiton, Ingeniera en diseño de productos e integrante de nuestro equipo, quien desde 2024 ha contribuido de manera decisiva al desarrollo y fortalecimiento del Proyecto KIRI, “Ecosistemas escolares de bienestar”.
Allison llegó al proyecto KIRI en un momento clave: en la creación de una nueva propuesta del Modelo KIRI, cuyo propósito es dejar capacidad instalada mediante la capacitación de docentes de planta responsables de talleres en disciplinas como skate, teatro, robótica, entre otras, así como de coordinadores y directores, para que estos talleres se conviertan en espacios de desarrollo de habilidades socioemocionales en los estudiantes.
Es por ello, que su trabajo se centró en co-diseñar el modelo de transferencia, , con el propósito de garantizar que la metodología trascendiera el diseño teórico y lograra instalarse de manera efectiva y sostenible en cada establecimiento educativo.

En esa etapa, Allison Leiton junto a Fernanda Lozano (ex Grupo Educativo) participarón en el diseño del Modelo de Transferencia KIRI, creando un documento que plantea y sistematiza su funcionamiento como guía interna para el equipo KIRI. En él se definieron los objetivos, roles, competencias e incentivos de cada actor, además de mecanismos de acompañamiento y evaluación, permitiendo al equipo orientar la implementación y proyectar la escalabilidad del modelo.
En 2025, Allison y María Angélica Martínez (jefa de proyectos) asumieron un nuevo desafío: ajustar y validar los indicadores del proyecto mediante la creación de instrumentos de medición. Su foco estuvo en desarrollar rúbricas, encuestas y metodologías que permitieran evaluar de manera objetiva la transferencia del modelo, el desarrollo de las habilidades socioemocionales definidas en el perfil KIRI, la retroalimentación del proceso de formación de los docentes, la experiencia vivida por estudiantes, docentes y coordinadores en el transcurso de los talleres, así como la evaluación del establecimiento. Las mediciones se aplican en momentos pre, intermedio y post, según lo necesario, para reflejar cómo evolucionan estos aspectos a lo largo del proceso.
“Lo importante no es solo implementar, sino también generar mecanismos de evaluación eficientes que permitan identificar si realmente se está logrando una transferencia efectiva del modelo al establecimiento educativo y tomar decisiones con base en evidencia. ”, señala Allison, convencida de que la evaluación rigurosa es parte fundamental de cualquier transformación educativa.
Estos mecanismos de evaluación permitirán el desarrollo de procesos reflexivos al interior de las comunidades educativas, fortaleciendo las capacidades docentes y promoviendo la autonomía profesional para el mejoramiento de las prácticas pedagógicas. Este enfoque se sustenta en un modelo de trabajo que proporciona una ruta metodológica clara y sistémica, articulando la evaluación formativa con la implementación iterativa de mejoras.
Además de su aporte técnico, Allison ha sido un puente clave con las contrapartes, asegurando la continuidad del trabajo y resguardando los avances alcanzados en las distintas etapas del proyecto.
Su compromiso y mirada crítica han sido esenciales para que el Proyecto Kiri avance con solidez hacia su meta: contribuir a una educación más humana, significativa y sostenible.